El Despertar de Unar

Unar había vivido toda su vida aferrada a sus sueños, construyendo castillos en el aire con ladrillos de ilusión. Cada paso que daba estaba marcado por el orgullo de sus ambiciones y la firme convicción de que el mundo debía doblegarse a sus deseos.

Pero un día, la vida le enseñó una lección inesperada. Un golpe del destino la dejó en un callejón sin salida, enfrentada a la cruda realidad de su propia fragilidad. En medio de la oscuridad, Unar comprendió que su orgullo no podía sostenerla, que sus ilusiones no podían protegerla.

Con el corazón pesado y el alma en desorden, Unar decidió abandonar sus antiguas armaduras y abrirse a la verdad de la vida. Se sumergió en el autoconocimiento y, desde su verdadera esencia, aprendió a fluir con las corrientes cambiantes. Abrazó la humildad y la flexibilidad como sus nuevos compañeros de viaje.

Cada día se convirtió en una danza consigo misma, pudiendo discernir su ser de otras personalidades; logrando sacarlas progresivamente de su accionar. Observó cómo las expectativas se desvanecían y las sorpresas se convertían en regalos inesperados. Unar descubrió la belleza de su ser como un junco que se inclina con el viento, en lugar de una roca que se aferra obstinadamente a su lugar.

Y así, con cada amanecer, Unar se encontraba más libre, más ligera, más viva. Abandonó el peso del orgullo y la ilusión de controlar, de manipular, y en su lugar encontró la dulce libertad de simplemente, ser, fluir y confiar en el trabajo que hacía diariamente para expresarse como esencia en el curso de la vida.

Deja atrás el ego y la fantasía de pensar que todo se ajustará a tus caprichos, anhelos o requerimientos. Cultiva la capacidad de adaptarte a los vaivenes de la existencia, conociendo y asimilando la realidad que habitas. Ejercita tu modestia y tu capacidad de cambio. 

Nurchy Barri

27/05/2024