Difunde1CompartirEL OBSERVADOR INTERNO (12 Pasos de un Caminante) En el espejo de la vida, Unar buscaba reflejos que le sonrieran o fruncieran …
En un pequeño pueblo, donde las miradas de los demás tejían la realidad, vivía Unar. Su nombre, que en la lengua antigua significaba “el que brilla solo”, era un presagio de su destino.
Desde niño, Unar sentía el peso de las expectativas ajenas. Cada paso que daba, cada palabra que pronunciaba, parecían estar encadenados a la aprobación de los demás. Pero en el fondo de su ser, una voz susurraba, instándole a romper las cadenas invisibles que lo ataban.
Un día, mientras caminaba por el bosque, Unar se encontró con un anciano que tallaba figuras en la madera. “¿Buscas aprobación en los ojos de los demás, joven Unar?”, preguntó el anciano sin levantar la vista. Unar asintió, y el anciano sonrió. “La madera no busca el elogio; simplemente se transforma en lo que está destinada a ser. Sé como la madera.”
Esas palabras resonaron en Unar; quien comenzó a tallar su propio camino, liberándose de la necesidad de validación externa. Con cada decisión guiada por su intuición, Unar se sentía más valiente, más seguro. Su espíritu, libre al fin, brillaba con una luz propia.
El microrrelato de Unar es una metáfora de la autenticidad. Nos recuerda que, al liberarnos de la dependencia de la aprobación ajena, podemos vivir con la audacia y la confianza que son inherentes a nuestra verdadera naturaleza.
Nurchy Barri
24/04/2024