Tiempo de observar… Pero cómo observar sin una mente encajonada, sin un pensamiento modelado. ¿Quién observa cuando observo? ¿Se puede observar desde la pureza? ¿Existe una observación que no esté vinculada o condicionada por patrones doctrinarios planetarios? Si la observación parte y al mismo tiempo está acompañada de mis modelos cognitivos y doctrinarios, me parece que sirve para poco…
¿Cómo observar desde una real libertad? Nunca he dejado de preguntar ¿Por qué? Las respuestas que se me dieron en la infancia, jamás me convencieron, yo busqué las respuestas por otros lados… Callé tanto que terminé siendo un poco invisible en mi propio núcleo familiar… En fin, tema pasado.
He observado al mundo desde muchos modelos de conducta, empecé siendo pequeña desde el modelo silencioso, luego el modelo criticón, modelo reactivo, modelo de la «listilla», etc. Cada modelo ha sido un ego de turno. ¿Y ahora? He vuelto al modelo silencioso. Me parece el menos contaminado, así seguiré hasta que descubra alguna manera directa o indirecta para compartir mis observaciones.
Mis viejos y nuevos poemas son un modelo, son parte de esas observaciones. No tengo ni puñetera idea de quien lee este blog, ni porqué lo lee, pero por aquí ha saltado el pulso de acción este año. No sentir apego por el número de la audiencia, ni buscar seguidores; es un ejercicio de desapego, así que lo hago porque así me nace hacerlo.