Un bozal hasta los ojos,
respiran sus excreciones;
paranoia sin razones,
compulsivos lavan sus manos.
Aun comiendo basura
y fármacos tóxicos;
padecen aterrados, dóciles,
ante la infame mentira.
¡¡¡Matasanos al poder!!!
Dictadura sanitaria,
por un bicho volador
no identificado…
Que es letal, dicen,
que está en el aire, dicen…
Y nadie debe dudarlo;
«oscuridad y espíritu santo».
Colas, colas, colas,
para la ansiada dosis
de ácido ribonucleico,
de ARN transgénico.
Creadores y esbirros,
también lavan sus manos;
sin responsables por ellos,
por los desprevenidos humanos.
Los dóciles claman protección
y salvación a sus amos,
sin entender que el «buen pastor»,
al matadero lleva su rebaño.
Patética ingeniería social;
me saludan con el codo,
huyen de mi sonrisa,
de mi cara descubierta.
Cumplen a raja tabla
la liturgia sanitaria;
anti ciencia ridícula…
La neurosis colectiva.
¿Ignorancia congénita?
¿Disonancia cognitiva?
Destrucción sistemática
desde una pantalla de masas.
Yo sigo aquí en la certeza
de mi «consciencia respiracionista».