Detrás de esa oscuridad la Luz,
por un profundo agujero
que se expande en el silencio;
entre voces repetidas,
que me llegan como un eco…
Puedo ver el infinito,
escuchan mis pupilas,
me elevo hacia ese abismo,
infinito de respuestas.
Suspendida en mis ideas,
me invitan del infinito
a saciar mi interrogante.
El infinito llueve sobre mí,
rociando mis carencias;
y un mundo verdadero me llama,
un mundo verdadero me espera.
Mi mirada busca en la expansión
el lugar de las respuestas:
¿En dónde la verdadera inteligencia?
¿En dónde las palabras perfectas?
¿En dónde la sencillez completa?
¿En dónde la pureza auténtica?
Y despierto en este mundo;
en una gran telaraña,
y he aquí una araña inmensa;
comiendo lentamente mis células,
que me rae, me marca junto a los demás,
transformándome en vómito de arañas.
Quisiera llenarme de ese infinito;
despertarme un día libre de los insectos,
libre por fin de las arañas.
Nurchy Barri en Santiago de Cuba
-1992-