y el daño que lancen ya no me afectará;
su amor verdadero preso está,
si les veo desconozco sus motivos,
si les observo comprendo que no son ellos…
Que sin saberlo son su propia prisión,
un alguien mudo y triste que no se expresa;
alguna mente impostora en ellos les ha movido…
Ése, ésa, que dañarme ha querido,
deteriorarme sin que su Ser lo sepa…
Personas movidas por el titiritero;
juzgarles la verdad no puedo,
son programas conectados a un servidor,
a una mente planetaria llamada dios;
¿Algún amor en ellos? Puede que sí o que no.
Algunos llevan dentro su Ser prisionero;
otros son sólo programas en este planeta,
programas sin conciencia de sí mismos,
reproductores de gestos de aparente amor…
Toc, toc, toc, ¿Hay alguien allí?…
Asoma ante mi tu cara amable, gestos suaves,
oigo tus palabras educadas, elocuentes;
mas percibo una vibración hostil, contraria.
¿Qué quieres, qué buscas, qué te mueve?
Debatiéndote en tu dualidad sin saberlo.
Sutiles trampas en manos amigas,
amistades vinculantes que invitan a la confusión;
pero esta es mi etapa de observación,
puedo desde esta exigua vigilia…
observar lo que te mueve y decirte que NO.
Nurchy Barri
18/03/2019