Alguien me dijo recientemente: «Es que Nury ‘le pega a todos los palos’». Al principio, esa frase me dejó perpleja. Pero en lugar de reaccionar, decidí tomarme un momento. ¿Para qué defenderme? La defensa suele ser un reflejo de nuestras propias inseguridades, un forcejeo inconsciente con nuestros conflictos internos. Así que preferí verlo como una invitación al autoanálisis, una oportunidad para reflexionar sobre mi relación con la creatividad y la expresión artística.
¿Le pego a todos los «palos» de la creatividad? Quizá no a todos, pero definitivamente a muchos. ¿Y eso es algo malo? Desde mi punto de vista, no. En absoluto.
Lo convencional dicta que deberíamos enfocarnos en un solo campo, buscando maestría, reconocimiento o incluso fama. Pero esa no es mi trayectoria, y cada día me siento más cómoda con esta elección. Las razones de mi camino son mías, profundas, y las guardo en mi corazón.
Explorar varios «palos de la creatividad» ha sido mi forma de «surfear» la vida, una travesía de autodescubrimiento y plenitud. Cada forma de expresión me ha permitido explorar nuevas dimensiones de mí misma y del mundo que me rodea. Ha sido un viaje hacia dentro y hacia fuera, hacia lo conocido y lo desconocido.
Ojalá más personas se atrevieran a hacer lo mismo. Ojalá, desde niños, nos alentaran a explorar nuestra sensibilidad sin temor al juicio o a la crítica. Ojalá, ya como adultos, no perdiéramos esa chispa, ese llamado que la creatividad nos susurra. La creatividad no es una carrera hacia el aplauso externo, sino un viaje hacia la autenticidad.
Es una fuerza inmensa, latente en todos. Cuando la abrazamos, nos abrimos a un universo de posibilidades infinitas, donde cada acto creativo se convierte en un acto de amor: hacia nosotros mismos y hacia el mundo que habitamos.
¡Ojalá que este llamado resuene en todos! Que inspire a vivir con autenticidad, con pasión, con esa plenitud que sólo la creatividad puede despertar. Que cada uno de nosotros se atreva a danzar con su propia energía creativa, sin miedos ni barreras. Porque al final, esa danza es nuestra esencia hecha arte.